Pingpong (Dir. Matthias Luthardt) Gracias a mi amigo el físico matemático asistí gratuitamente a la inauguración de cine alemán, país invitado en el festival de cine de lima, en la sala Alcázar. Al salir del film comimos bandejas y bandejas de bocaditos, salame, enrollados verdes, de pollo, verduras, bebimos copas de vino, champaña, no habían muchos chicos de nuestra edad ni chiquitas alemanas que no estuvieran con sus respectivos novios de la mano lo que para mí fue una pena terrible ya que tenía muchas ganas de vocalizar las pocas palabras que me sé en el idioma de Günter Grass. Lo más bizarro y que realmente me sorprendió fue el hecho de poder platicar con el director de cine, Matthias Luthardt, al cabo terminara yo de ver su ópera prima, Pingpong, film cuyo nombre se basa en el dar y recibir, en el recibir y dar que los seres humanos damos sobre la tierra, sobre las mesas verdes y patas de metal de un tablero chico o sobre el campo grande de un country club o mansión. Hablamos sobre el tono ambiguo de su obra y el hecho de poder ser libre aún siendo alguien que no puede tomar decisiones. Matthias, siempre antes de responder a lo que le preguntaba, me decía ¿Dime lo que piensas tú? Y es así como veo el film, como una conversación entre dos personas que en este caso son el director y el espectador. Seré explícito contando la cinta a razón de que me interesa mucho hacerle entender a la gente el ambiente que esta tuvo. Pingpong es una película de pertenencia, de posesión. Paul (Sebastian Urzendowky) va a casa de sus tíos en el campo como una forma de poder olvidar y despejar su mente tras haber vivido momentos oscuros y tristes entorno a la muerte de su hermano Frank quien hacía algunos días había decidido acabar con su vida. Robert (Cleemens Berg) primo materno y amigo de Paul quiere convertirse en un gran pianista por lo que deberá practicar y audicionar en pocas semanas ante el jurado más importante de Alemania para así poder comenzar sus estudios profesionales en el conservatorio de la ciudad. Las piezas escogidas por él y su madre, Anna (Marion Mitterhammer) también amante y maestra de piano, fueron de la autoría de Alban Berg, músico compositor austriaco a quien recién descubrí viendo la película ¡Su música es asombrosa! Schumann es el nombre del perro negro de Anna a quien quiere y cuida más que a cualquiera. Y bueno la llegada de Paul tomará por sorpresa a la familia de Robert pero también los ayudará a conocerse y reflexionar un poco más de lo que solían hacer. Paul dormirá en un cama sofá y empezará a reconstruir una piscina que la familia tiene el patio y no prestan atención, azulejo por azulejo, imbuido en un de día a día de sudor y empeño, Paul parecerá digno de ser parte de un proyecto fotográfico dirigido por quien observa comodamente desde su butaca el film, azulejos, polos cortos, pegados, jeans, zapatillas sin anudar, pelo ruloso, miradas que se cruzan, pegamento, pulidoras, la inmensa casa de campo. Los paseos a solas entre un hombre y una mujer pueden acercarlos lo suficiente como para poder hacer un viaje sin retorno ni frenos, aquí las edades no importan no es un problema el no tener el físico desarrollado lo es más importante el alma. El tío Stefan (Falk Rockstroh) hará de buen samaritano permitiendo a Paul quedarse hasta cuando él quiera a pesar de que deberá viajar a España por una semana, por motivos de trabajo. Hay abundancia, desayuno, comida, los chicos que juegan play station hasta altas horas de la noche, las vendas, las suturas, el alcohol medicinal, el alcohol, los chicles que quitan el mal aliento. Y uno puedo caminar mucho pero al final de la hojarasca, como estando a los pies de un pequeño abismo encontrar una laguna contaminada por nitrato, tentativa, podría ser letal.
domingo, 10 de agosto de 2008
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