Boys don't cry (Dir. Kimberly Peirce) Basada en una historia real, Boys don't cry, película llamada igual que una canción de the Cure cuenta la historia de Brandon Teena (Hilary Swank) un chico chica de 21 años metido en el cuerpo de una mujer que gusta conquistar féminas, besarlas, hacerles el amor, quererlas, algo natural para lo que su mente y alma pide pero no para lo que la sociedad exige. Para salir de conquista Brandon usa una camisa azul, una casaca de cuero, zapatos marrones, un blue jean. Con una venda blanca aplasta sus pequeños seños, el pelo largo de mujer lo lleva corto y sin patillas, el sexo (la vagina) se la cubre con una media y un pene consolador del color de su piel. Al final del camino hay un abismo el auto va a 180km/h detrás de el viene un auto de policía, la luz no es de ningún túnel, la luz no es de ningún farol, la luz que ven es real pero solo puede ser vista por dos; Brandon por primera vez siente la esperanza de poder empezar a vivir en paz y amando a su manera. Esta película me tuvo al filo de la silla, me he dado cuenta de que en esta época es difícil un drama o ficción me ponga así, que me haga sentir como con ganas de romperme o de asfixiarme, Boys don't cry lo consigue. Además de tener una de las mejores escenas de sexo jamás filmadas no por lo que se ve que también es hermoso, Lana (Chlöe Sevigny) desnuda sobre el pasto uff, sino la sensación que uno padece al alucinarla; es como entrar y pasar a formar parte de ese todo de orgasmo sensorial con el que uno a la vez puede imaginar la sensación intensa a la que se refiere Lana cuando se lo detalla a las otras chicas en su alcoba. Sensualmente preguntar la respuesta está en tu mente. Teena o Brandon, chicos haciendo ski sobre ruedas, muchachos embriagándose en bares, escuchando canciones de karaoke cantadas por princesas silvestres, cárceles de Falls City de Lincoln. Hermosa, hermoso ¿Peínate, sí?
lunes, 28 de enero de 2008
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