Lars and the real girl (Dir. Craig Gillespie) Lars Lindstrom (Ryan Gosling) es un chico de aproximádamente 30 años, tiene muchos problemas, muchas heridas que curar, de niño vivió con su padre, un hombre también muy sufrido que nunca pudo superar el haber perdido a su esposa el día en que nació el último de sus hijos, sí, precisamente, Lars. Lars quien es muy trabajador, va a misa todos los domingos y las veces que puede, vive austeramente (en una cochera) casi como un estepario, no habla con nadie, no tiene novia, corta muy bien los troncos con el hacha y se viste con chompas y camisas de seda, sin olvidar las correas de cuero y los zapatos cómodos. Hay mucha nieve en donde él vive. Lars trabaja en una oficina, sentado frente a una computadora, tiene muchos amigos en ella, muchas personas en el pueblo que sabiendo como es, lo quieren y lo estiman mucho. Su hermano mayor y la esposa de este son casi como sus extremidades, su consciencia, anclas importantísimas en su vida. Entonces Lars se dejará convencer por un amigo suyo de pedir a la mujer perfecta por internet, una muñeca plástica con peluca, formas de mujer y sexo artificial que uno puede cancelar fácilmente con una tarjeta de crédito y una dirección donde recibirla. Lars se enamorará locamente por primera vez y empezará a integrarse a la sociedad un poco más; con la ayuda de Bianca, la muñeca de plástico, hará que la gente cercana a él le responda cosas que nunca las habría preguntado por sí solo pero si por intermedio de su novia inmóvil. En el film hay un mujer hermosa, nueva en la empresa que se llama Margo (Kelli Garner) ella es muy parecida en costumbres y en ideas a Lars pero es mucho más humana, rubia y natural. Lars tendrá que curarse y empezar a ver de nuevo todo su mundo antes de que se vuelva viejo o de que todo ya haya acabado para él.
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