lunes, 15 de octubre de 2007

Elefante (2003)

Elephant (Dir. Gus Van Sant) Recuerdo que cuando estaba en 6to de primaria si mas no recuerdo en el San Ignacio de Recalde, no me es fácil planteármelo ya que en mi vida estudiantil pasé por una buena cantidad de colegios, con la toga puesta y los zapatos hiper-lustrados fui a recibir el diploma al mejor estudiante del grado con las notas más altas e imposibles de la mano de Raúl Diez Canseco y Carlos Boloña (dos fujimoristas respetados que luego serían perseguidos escandalosamente por todo el país como las ratas que terminaron siendo) En esos años la gente me tomaba el pelo y me veían como un completo idiota, un nerd pusilánime, un aburrido tarado, un chico extraño que solo estudiaba y a la vez vivía como un mojigato, que era torpísimo con las chicas y que nunca concretó nada con ninguna de ellas, las del segundo piso, las de los grados superiores, las que le gustaban. Alguna vez viendo a Alma, no recuerdo su apellido, una rubia compañera psicótica que casi le termina por romper el cráneo a uno de esos alumnos ladillas que la traían idiotizada, jode que te jode, la vez que se lo encontró a solas sentado en medio de los pasillos, me entraron unas ganas enormes de conseguir un arma y acabar con todo el salón. En ese momento sentía que era lo justo, estuve un poco cegado es cierto, pero el hecho de ir todos los días a clases y no saber si estudiar o tener que apalear las idioteces de los demás, andar paranoico, me enervaba y en cierta forma al no hacerlo, al haber preferido la paz interior, al no haber acabado con esos miedos aquellos, dejé en 2do de secundaria de estudiar como lo venía haciendo, con toda mi fuerza y empeño y poco a poco fui perdiendo el nivel académico al que había llegado interesándome más por la música y la canción de forma tal que me fue imposible entrar en la primera opción a la universidad años después. Es decir, no sé si la muerte o la venganza sean justas pero sé que sino matas a la carroña temprano te pueden, te puedes carcomer tú mismo sin querer, que hay que tomar las decisiones sabias en el debido momento pensando en el futuro y en qué tanto más puedes dar a la humanidad sano y salvo que balanceando lo que pueden dar los inservibles de siempre que solo gritan, lloran y cagan mientras todo a su alrededor se agranda. Iré a orinar a la pista con el cigarro que traigo en la boca sin encender mirando el humo blanco que sale de la trompa de ese elefante.

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