El Viento (Dir. Eduardo Mignogna) Nunca se puede matar a nadie para evadir o cambiar una historia, podrás creer haber deformado algo pero la conciencia y el silencio son armas profundas que nunca descansan ni duermen y en algún momento esa historia volvería a surgir como un cactus sobre pies descalzos ya sea antes del fin o en un punto medio de la línea en donde el mismo escenario se mostraría igual pero con distintos personajes. En el destino los seres humanos somos simples piezas de un armazón, simples peones de un juego de ajedrez, no se admiten las trampas ni las demoliciones terrenales, todo lo que se cosecha aquí puede surgir nuevamente, poco a poco. Ser un forastero en un vecindario resplandeciente en este caso en el viento es como cruzar un puente colgante sin río. El pasado no se puede borrar al instante pero sí se puede conservar bajo un bisoñé o algún sombrero de copa.
viernes, 19 de octubre de 2007
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