viernes, 26 de octubre de 2007

El ángel azul (1930)


Der Blaue Engel (Dir. Josef von Sternberg) Un vecindario alejado del centro de la ciudad, casas con tejas, gansos que sirven como despertador en las mañanas frías de pavimento, el humo plomo de las chimeneas que se mimetiza con el cielo raso del film, el tangtangtang del reloj con muñecos de metal que marchan 1,2-1,2 en círculos, siguiendo una lejana procesión que solo ellos pueden ver, el café blanco de la mañana, la sirvienta abnegada con uniforme abotonado que dice buenos días feliz, los alumnos con gel, los dientes chuecos, los primeros cigarrillos en la boca, la pubertad, el amor a escondidas, la madonna enérgica y dócil que se quita las bragas mostrando las piernas sobre la escalera de caracol, champaña helada en una copa se derrama, una foto souvenir incrimina. Cuando terminábamos 5to de secundaria allá por el año 2002, en el colegio Maria Reina, nos tocó como tutor e último profesor, el cansino y gordito anticuado, Ricardo Ráez, un egresado de la San Marcos con mostacho y gafas plateadas que no paraba de repetirnos el futuro que él veía de nosotros en sí y su intención (filial) por pretendernos clavar la literatura en las sienes como quién da de comer puré a los bebés recién nacidos, cueste lo que le cueste(0) Al final de ese año no recuerdo haber leído ningún libro por consejo de nuestro maestro ni que yo haya querido escribir sobre alguna hoja después de haber escuchado dormido todas sus exposiciones en clase. Lo que sí me consta es que en ese lapso de tiempo por el solo hecho de levantarme temprano e ir todos los días a verle la cara sentía un estrés terrible, cierto dolor en el pecho profundo, pereza en las articulaciones y un poco de asfixia en la ínfima esperanza que me quedaba, aún. Immanuel Rath (Emil Jannings) me hizo recordar mucho a nuestro queridísimo profesor Ráez, tan invertidos los dos sobre el mundo cómo solo ellos pueden representarlo. Lalalalala lola lola lola lola lalalalala, Lola(Marlene Dietrich) canta: Hoy llevaré a un hombre de verdad conmigo de regreso a casa. Hoy llevaré a un hombre de verdad a casa, conmigo.
Y mientras vemos cómo se quita la dama las pantis, del pote donde guarda su maquillaje brota una polvareda blanca que nos hace estornudar e impide verla.


No hay comentarios: