Zabriskie Point (Dir. Michelangelo Antonioni) Yo pienso que en esta época y en la edad que tengo la historia que mejor retrata lo que hoy por hoy pienso del amor, el sexo y las relaciones en pareja es la de esta película escrita y dirigida por el italiano Michelangelo Antonioni, Zabriskie Point. Si bien guardo distancias con el pensamiento socialista, revolucionario antisistema y fascista la idea de que un avión y un carro se crucen en pleno desierto me parece algo de lo más normal y lógico según sean las personas las que manejan y van al volante de dichas maquinarias. Sin importar el color del desierto ya que cabe decir que en los 70 durante la filmación de este film Antonioni quería pintarlo totalmente de morado, Zabriskie Point me parece mejor que The Wall y Syd Barret más interesante que Waters. Roger Waters quien por sus declaraciones sin razón me hizo por momentos desconfiar en el criterio de este director de cine a quien admiro por películas memorables tales como Blow up o el Eclipse. En una época de confusión adolescente, represión policial, drogas naturales y bombas molotov Mark (Mark Frechette) y Daria (Daria Halprin) se encuentran para actuar naturalmente, creer en ellos mismos y en el mundo. Daria tiene el tipo femenino que más me gusta, es como europea, su piel con el sol queda tostada y su pelo adquiere el tono de la miel. Me llamo Karl Marx, dice Mark cuando acude a la carceleta policial a preguntar por su amigo al que arrestaron sin ninguna razón mas que la de protestar pacíficamente por la calle. La escena más agresiva de la película es aquella en donde Daria se le acerca a esos niños vagabundos que viven en un auto abandonado y uno de ellos rodeándola en grupo le dice ¿Me puedes prestar un pedazo de tu culo? Y ella, responde: ¿En verdad sabes qué hacer con el? La edad de Mark según el mecánico de aviones que trabaja en la pista de despegue es: No sé, 30. Quizá menos, 20, 21. En esta película la muerte no debe existir así como las explosiones estilo Salvador Dali que se extinguen con el sol naranja y la palabra end.
domingo, 2 de noviembre de 2008
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