Tarnation (Dir. Jonathan Caouette) Estoy con muchas ganas de comprarme una súper 8 y de pintar graffittis en las paredes. Tarnation me hizo pensar en Cayetano Peñaloza, un amigo esporádico y de buena onda que ahora vive y estudia en España. Jonathan Caouette muestra en este documental fotografías suyas, grabaciones caseras, audios telefónicos, clips de sus películas favoritas, de manera tal que podemos entender el futuro que le avecina a cada uno de los personajes que esta cinta sobreexpuesta, presenta. Renee Leblanc, la madre de Jonathan fue una niña como cualquier otra que a raíz de caer del segundo piso de su casa y quedar paralítica por 6 meses, sus padres, por recomendación de los médicos de Texas, su ciudad natal, deciden darle a la semana 2 dosis de electro-shocks por el tiempo de 2 años. Naturalmente esto le daña el cerebro y crea un martirio de pastillas, hospitalizaciones y medicamentos tanto para ella como para Jonathan. Jonathan sufre mucho al igual que su madre; es testigo de una violación, víctima de azotes y golpes cuando es adoptado por una familia extraña y vive sin la presencia de su padre de quien su madre se separa a los pocos años de nacido. A Jonathan la vida lo cambia y lo lleva a ser un nómade en busca de mejoras y de un corazón dispuesto a amar, con intensidad. Su situación sexual es muy clara desde el principio, desde niño él ya se sabe gay, por ejemplo cuando estaba en la primaria Jonathan se pintaba los labios y el pelo para actuar vestido de ama de llaves ante un trípode de video. Su mundo es tan psicodélico como las drogas que probó en su juventud o las fiestas a las que solía ir. El amor que siente por su madre es inconmesurable sin embargo el verla mal o ida le seguirá perforando el alma. Una sobredosis de litio hará que Jonathan piense que la vida de su madre corre peligro lo que lo llevará a retroceder desde el comienzo y contarnos con imágenes y letras lo que a los 31 años le ha tocado por vivir. Hay una frase maravillosa que Adolph Davis, el abuelo de Jonathan le dice a la cámara: Antes de nacer Dios nos muestra el paraíso pero cuando estamos por salir al mundo exterior este nos lo hace olvidar, un ángel nos toca entre la nariz y la boca y es por eso que tenemos esa huella en el maxilar. Esta película tiene una onda muy cercana a la de las películas filmadas bajo la tutela del dogma 95, sin embargo al ser un documental biográfico no podría ser considerada como tal, dadas las claúsulas específicas de dicho movimiento.
domingo, 12 de octubre de 2008
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