Conte de eté (1996)

Conte de eté (Dir. Eric Rohmer) Como en todas las películas de Rohmer los diálogos y la historia tienen un peso mayoritario en la idea que encierra el film, las imágenes solo ayudan a completar o adornar lo escrito en el guión. Los actores son jóvenes y atractivos, cada uno conserva una belleza que lo hace particularmente especial dentro del triángulo amoroso que casi sin querer el tímido y sensible Gaspard (Melvil Poupaud) arma en medio de las vacaciones de verano que fue a pasar en un balneario de Normandía. Léna su novia desinteresada ocupa sus pensamientos en un 90%, Margot (Amanda Langlet) interpretado por la actriz de Pauline en Pauline à la plage es una simpática mesera en el restorán de su madre y etnóloga de profesión, ella será la principal consejera y oyente de los monótonos dilemas existenciales de Gaspard. Cada uno en esa playa guarda una historia de amor ya sea esperanzada en alguien o con miras a encontrar un nuevo camino en otra persona, la indecisión y la falta de seguridad lograrán crear un final abierto sin solución en donde la confrontación entre la música, las chicas y el tener una relación estable, exista. Solene (Gwenaëlle Simon) es una morena de pelo ruloso y piel blanca muy ardiente y excitante, Léna es rubia y engreída, Margot es tierna y bonita; Margot.

Corre, Lola, corre (1998)

Lola Rennt (Dir. Tom Tykwer) Seguro que cuando esta película salió al mercado causó un gran revuelo por el hecho de jugar con los tiempos y las realidades paralelas, verla en el 2009 sin embargo la hace un poco predecible mas no aburrida. La película es alemana igual que el director, hay juegos gráficos y también de dramatismo actoral. 100, 000 dólares perdidos en una bolsa dentro de un vagón de tren, luego el mendigo que se compra ropa elegante con ese dinero, el padre de Lola dueño de un banco y de un corazón sensible, el novio de Lola (amateur en negocios sucios) que la llama pidiéndole ayuda, corre, Lola. Al final uno debe de elegir alguna de las 3 realidades que el director presenta. La idea de ir al casino con la cabeza positiva es bastante inspiradora, por allí que voy esta semana a probar suerte.

Reservoir Dogs (1992)

Reservoir Dogs (Dir. Quentin Tarantino) Me encantan las facciones de Steve Fuscemi, pareciera ser un anfibio transformado en hombre. Ayer domingo vi 3 películas seguidas en la casa de una amiga mientras esperaba que regrese de una cena, estuve jugando con su perro tirándole huesos y un muñeco azul, intentando usar el microondas cuyo botón de encendido no servía, tecleando una laptop con antena inalámbrica y tomando agua de un fregadero purificador. Llegó un momento en que me quedé dormido en uno de los cuartos y sentí una pesadez espiritual propia de las casas que en la antigüedad han acogido a gente con mucha energía. Reservoir dogs es la mafia y la muerte llevadas al límite. En toda sociedad delincuencial siempre habrá entre todos aquellos canallas un traidor o espía, un policía, enemigo o vecino envidioso. Entonces dados que todos tienen armas en los cinturones y son lo bastante hombrecitos como para poder tomar decisiones propias empezarán a dejar fluir sus instintos al punto de sentirse lo suficientemente altaneros como para buscarle la contra al jefe o peor aún reestablecer la misión e imponer sus pensamientos y reglas. Este caso o robo a mano armada terminará en la situación más macabra y graciosa que recuerde haber visto en un film.