Cal (Dir. Pat O'Connor) Hace poco me encontré con una compañera de clases en un vernissage, una mujer con el doble de años que yo quien en plena ronda de champán me contó que se había separado de su esposo hacía unas semanas. Noticias así solo pueden generar en la mente de un ebrio, una especie de sensualidad prohibida. Basada en la novela de Bernard MacLaverty, Cal presenta una situación similar pero también algo más desviada y oscura, Marcella Morton (Hellen Mirren) presenció una escena en su vida bastante destructora, el asesinato de su esposo, un policía perteneciente a la Real policía de Ulster, a quemarropa en la puerta de su casa. Cal McCluskey (John Lynch) vive en una Irlanda del Norte con problemas, una que aún busca recuperar lo que se le ha quitado o se le debe. Hay muchas fuerzas subrepticias aún vigentes, fuerzas fanáticas que buscan se les gobierne como hace 60 años. IRA (República armada Irlandesa) por ejemplo, a la que Cal pertenece o mejor dicho perteneció ya que en el transcurso de la película Cal lo único que busca es desvincunlarse del todo de esa su antigua agrupación; sin embargo, sabemos bien que le será imposible ya que ese tipo de empresas al igual que las del narcotráfico son difíciles de manipular una vez empezadas. Entonces sigo viendo el film y me fascinan cada vez más las escenas y el porte de Cal, quien me hace recordar a Bernard Butler en la primera formación que tuvo el grupo Suede y a Todd Rundgren cuando terminaba de grabar su obra maestra, el disco doble llamado Something, anything? Marcella (Hellen Mirren) es una mujer muy sensual, alguien que está en la plenitud de su esplendor, su cuerpo parece maduro y a la vez juvenil, Cal es más bien delgado y lleva esa noche de su vida plasmado en el cuerpo, noche que lo tendrá intoxicado y con un malestar de culpabilidad que no lo dejara ser libre, es decir aquí empezamos a hablar del tema de los prisioneros del no poder salir ni disfrutar de nada, de terminar enredado en el patio o en la entrada de la ciudad. La música estuvo a cargo del creador de uno de los solos de guitarras más bizarros de la historia "Sultans of swing" Mark Knopfler adorna las imágenes con un set acústico y por momentos orquestados.
sábado, 31 de mayo de 2008
viernes, 30 de mayo de 2008
Arte costoso (1998)
High art (Dir. Linda Cholokedo) Hablaba con Flavio por msn, un amigo uruguayo que tiene una banda llamada Carmen Sandiego y me decía sobre este film, que a menudo pasan subtitulado por la televisión uruguaya: Lesbianismos, fotografía, Radha Mitchell y cierta nostalgia noventera. Ciertamente es así, High art es drogas, arte, pasión, idealismo, belleza, FOTOGRAFÍA y amor incomprendido. Un torrente nuevo detrás de la estela de Boys don't cry, quizá el preludio más interesante en lo que al cine lésbico mío tenga que ver. Lleno de verdades inexploradas y preguntas que deben de ser comunes en la cabeza de una heterosexual curiosa, que se siente atraída por alguien de su mismo sexo, High art es incesante ¿Qué tan tedioso puede ser esconderse y sentirse culpable de algo que no daña a nadie sino mas bien, da placer y un sentir de perfección en el alma? Lucy Berliner (Ally Sheedy) es una fotógrafa mítica auto-exiliada en Berlín, lejos de todo ese torbellino y barullo que le era la opinión pública. De un momento a otro Syd (Radha Mitchell) una asistente de edición en una revista llamada Frame, vive en el piso de abajo, bajo sus goteras y será la principal causante de su retorno a las portadas y la reanudación de su obra. Para Lucy la fama y la atención de la gente nunca fueron cosas fáciles de manejar; los dilemas amorosos y los problemas existenciales, tanto como las adicciones, le serán perdigones en el pecho. Muchos disparos sin flash y líneas de heroína. Rhada Mitchell es una actriz hermosa y excitante, diría actriz candente y fantasiosa, tiene un aire a Maggie, la protagonista del tema folk de Inerciados Pusilánimes y también a Emmanuelle Béart.